El tigre y el caporal - SOS Amazonía

Bordeando el Orinoco hacia el oeste, mamá jaguar caminaba con sigilo entre el espeso verdor, pero se detuvo sorprendida ante el cambio abrupto que se encontró ante sus ojos; la mitad del mundo, hacia donde se oculta el sol, había desaparecido. Trepó en un tronco esvarejado y se agazapó en él, posando el hocico entre sus garras; agudizando su mirada y su oído para tratar de comprender lo que sucedía. A lo lejos se libraba una batalla a muerte contra el indefenso bosque; gigantes cedros y ceibas sucumbían, ante sus prepotentes adversarios armados de hachas y motosierras, y mamá jaguar sintió por primera vez dolor y junto con la selva también lloró, porque el llanto de la selva se expresa en el sonido de un árbol al caer.